Mistificación, confusión y conflicto según Ronald D. Laing: una exploración de los juegos psicológicos en las relaciones
- Mauricio Durán
- 18 dic 2024
- 4 Min. de lectura
Ronald David Laing, destacado psiquiatra y filósofo escocés, hizo una importante contribución a la psicología contemporánea con su concepto de 'mistificación' en las relaciones humanas. En su obra, Laing describe la mistificación como un proceso en el que se distorsionan o alteran las experiencias de una persona para servir los intereses de otra. Este concepto es clave para entender las dinámicas de manipulación, confusión y conflicto, especialmente en contextos familiares o interpersonales.
¿Qué es la mistificación?
Para Laing [1], la mistificación es un fenómeno donde una persona, intencional o inconscientemente, niega la realidad o experiencia subjetiva de otra. Esto puede suceder cuando un miembro de la familia o una figura de autoridad manipula los pensamientos y emociones de alguien para hacerle creer algo que no es verdad, o para negar sus propios sentimientos o percepciones. Así, la mistificación genera confusión en quien la padece, afectando su sentido de identidad y su capacidad de discernir entre lo real y lo fabricado. Por ejemplo, muchas veces en nuestras cabezas surgen voces que nos dicen: '¿Pero cómo puedo hablar mal de mi padre o mi madre, o de los impactos que me han generado? Voy a sonar como una persona ingrata cuando son mis padres quienes me han dado todo: casa, comida, amor'. Este tipo de pensamientos puede ser resultado de una dinámica de mistificación, donde el cuestionamiento de las propias vivencias y emociones se ve suprimido por la idea de que cualquier crítica o reflexión sobre la relación familiar sería un acto de ingratitud.
Laing ejemplifica este proceso de diversas formas. Por ejemplo, cuando un padre niega los sentimientos de su hijo y le dice frases como “no estás realmente enojado, solo estás cansado,” está invalidando la percepción del niño y sustituyéndola por una interpretación que conviene al adulto. A largo plazo, este tipo de dinámicas producen inseguridad, ya que la persona comienza a dudar de sus propias emociones y percepciones. En contextos familiares, esta práctica puede ser una fuente importante de conflictos y malentendidos.
La mistificación como fuente de confusión
La mistificación crea un ambiente donde la confusión es la norma. Como Laing explica, las personas que experimentan este tipo de manipulación pierden la capacidad de confiar en sus propias experiencias. En lugar de verse a sí mismas de manera clara y objetiva, empiezan a aceptar la interpretación de su realidad a través de los ojos de otra persona, lo que puede generar una profunda desconexión de su propia identidad y deseos.
Este proceso es aún más crítico en las relaciones cercanas, como las familiares o de pareja, donde las expectativas, lealtades y amor pueden complicar aún más la percepción personal. Las personas sometidas a mistificación pueden sentir culpa o vergüenza cuando intentan expresar su propia versión de la realidad, ya que han sido condicionadas a desconfiar de sus propias sensaciones y experiencias.

¿Cómo se relaciona la mistificación con el conflicto?
Laing sugiere que la mistificación no solo confunde a las personas, sino que también aumenta las probabilidades de conflicto. Cuando una persona se siente constantemente invalidada o manipulada, su frustración se incrementa, pero a menudo no puede expresar el por qué de su descontento. Este tipo de conflicto, que surge de la negación de las propias emociones, suele ser interno al principio, pero eventualmente se proyecta en las relaciones cercanas, deteriorando la comunicación y generando enfrentamientos.
Por ejemplo, en el contexto de una familia, los hijos que han sido mistificados pueden rebelarse, experimentar conflictos internos o desarrollar dificultades para relacionarse con otras personas en la adultez. La confusión y el conflicto, entonces, no solo afectan a la persona sino también a quienes lo rodean.
Reflexiones finales
La mistificación según Laing es una poderosa herramienta de manipulación que muchas veces no se reconoce de inmediato. Sin embargo, sus efectos son profundos y duraderos. La importancia de ser conscientes de nuestras propias experiencias y de validar los sentimientos y percepciones de las demás personas puede ayudar a evitar estas dinámicas y a fomentar relaciones más saludables. Otro proceso importante y que podemos realizar al percatarnos de que vivimos una situación de mistificación, es retar los relatos dominantes [2]. Acá, a menudo propongo a las personas que me consultan, hacer una mezcla de procesos terapéuticos: 'poner' en la silla vacía de la Gestalt a padre o a madre para nombrarle los impactos que hemos recibido, a esto ayuda el proceso de separar el problema de la persona (propuesta de Michael White en las Terapias Narrativas) [3]: padre o madre no son el problema, el problema son las estrategias que han usado con nosotras como personas, pero su identidad sigue intacta. En última instancia, comprender cómo la mistificación puede llevar a la confusión y al conflicto es un primer paso para construir un ambiente de comunicación abierta y auténtica. Si necesitas ayuda con tus procesos, busca ayuda terapéutica. Acá puedes encontrar algo de información de nuestro acompañamiento terapéutico.
Mientras tanto, te dejo un abrazo pendiente hasta que nos volvamos a encontrar por estos espacios virtuales.
Referencias
[1] Laing, R. D. (1969). Self and others. London: Tavistock.
[2] Bustos Villarroel, A. (2014). Modelos contemporáneos de intervención en Trabajo Social: revisión bibliográfica del modelo narrativo. Revista Perspectivas, 25, 75-81.
[3] Matheus, M. S., & Bolze, S. D. A. (2022). Michael White: marcos teóricos da Prática Narrativa. Fractal: Revista de Psicologia, 34, e28539. https://doi.org/10.22409/1984-0292/2022/v34/28539 .